Luego de un largo fin de semana, varios cigarrillos y algunas reflexiones rondando por mi cabeza, me puse a escribir. Sobre cosas que nos pasan. Sobre situaciones que todas hemos atravesado. Sea este un espacio para tratar de tomar con humor y un poco de ironía algunas situaciones dolorosas. No se si podré evitar el tinte feminista, pero al menos lo intentaré. Que lo disfruten. Si les gusta recomiendelo a sus amigos/as, si no les gusta a sus enemigos/as.

27 dic 2009

Etapa Nº 1: La locura automática

Quizás fue la nota de Rodo Casado (www.mdzol.com "Asuntos de hombres") o la situación personal que estoy atravesando la que me lleva a volcar estas palabras. Dudé mucho, antes de comenzar a escribir estas líneas: qué decir, cómo empezar, cómo ordenar la ideas. Y al final he dejado mi cabeza divagar, a fin de que lo expresado sea sincero, sin el tirano tamiz de la razón.
Heme aquí, a los 33 años, medio separada, sin hijos, con una carrera por delante, dos perras, muchas frustraciones y pocas esperanzas, un sábado por la tarde, fumándome un cigarrillo, tomando gaseosa light (después de leer entenderán por qué) y pensando en las palabras de Rodo Casado.
Rodo, fija muy bien su postura, como hombre mayor (dudo que maduro) y solo. Nos muestra el razonamiento lineal y llano de todo hombre. Y esto me llevó a preguntarme: cuán compatibles pueden llegar a ser los hombres y las mujeres? Es que, con sinceridad, alguien sabe adónde está el límite entre el amor y la tolerancia. En qué momento pasamos de aceptar a aguantar? Así como los hombres tienen su mirada, bastante particular por cierto, de la separación, de los hijos que quedan con su madre, del dolor del fracaso; pues, nosotras también. Nosotras también sufrimos, quizás con un dejo de histrionismo y/o dramatismo que viene adherido en nuestro ADN, pero al final de cuentas….sufrimos. Si señor… y cómo! El proyecto se destruye para los dos, la culpa se siente por igual, el fracaso duele para ambos.
Pero, analicemos un poco el reposicionamiento de cada uno luego de los primeros meses de separación.
El hombre, parte, como un exiliado, victimizado por la circunstancia de tener que abandonar el nido mater….. uhum…. perdón, matrimonial. Oh…. Ya no tendrá quién se ocupe de su ropa, de su comida, de que se bañe, de que se levante… en fin, ya no estará adherido a la tierra y comenzará un viaje, quizás sin retorno, cual globo lleno de helio, a la deriva, con sus pies a dos metros de altura. Lo más seguro es que se refugiará en su trabajo, en sus amigos, en el fernet y el asadito de los viernes. Vivirá sus primeros meses añorando la vida que tuvo y que no pudo ser.
La mujer, quedará seguramente en la casa que fue de los dos (a no ser que sea tal el hartazgo que se mandó a mudar con lo puesto) y, según la causa de la separación, adoptará las siguientes posturas: si al flaco le sacó tarjeta roja por vago, por atorrante, por dejado y/o por insoportable, sentirá una furia irremediable; si lo echó porque tenía otra mina, sentirá una furia irremediable, si se separó porque se cansó de sentirse sola aún viviendo en pareja: sentirá una furia irremediable. Ya ves, todos los caminos parecen conducir a ROMA…. y así quedó Roma.
Si han tenido hijos, por supuesto que los niños quedarán con ella!!! Al revés pareciera ser biológicamente imposible. Tan sólo imaginemos un hombre que apenas puede hacerse cargo de sí mismo… qué pasaría con esos pobres niños. Si ganaba menos que el hombre, lo más seguro es que no pueda mantenerse sola, por lo que aquí empieza la batalla de la manutención o de la guita. Menos le alcanzará el dinero, si el tipo la dejó por otra mina…. deberá invertir horas y horas de culo-diván-terapia, para volver a sentirse “persona” y otras tantas para empezar a sentirse “mujer”. Y además, sincerémonos de una vez muchachas… tendrá sed de venganza. Vamos! Saquémonos las caretas! ¿Quién no se ha sentido mejor cuando sabe que el otro que nos lastimó está hecho pelota?.
Pasado el primer mes de separación, lo más seguro es que surgirán las primeras escaramuzas sexuales y la fugaz esperanza de que lo peor ya pasó. Ah.. no no no!!! A no dejarse engañar!. El tipo en un mes sigue siendo el mismo y encima está tratando de poner en orden su vida. Y es que las mujeres, siempre (y me juego en decir “SIEMPRE”) guardamos la esperanza de que el otro cambie. Particularmente soy una convencida de que las personas cambian…. pero he aquí el quid: CUANDO ELLAS QUIEREN. Y si el tipo, todavía ni siquiera entendió por qué lo rajaste….. podés hacerte vieja y chota…. y él aún no va a tener ganas de cambiar.
Otro tema complicado es si el "galán" aún no se llevó todas sus cosas de la casa. Dependiendo del nivel de furia, la mujer lo llamará para que las busque como una vil excusa para verlo, si está enojada le meterá toda su mugre en una bolsa de consorcio y se la mandará con un taxiflet y en los casos más agudos de ira, hará un pequeño ritual y una linda fogata con todas sus pertenencias. Pero eso si, miremos el lado positivo: tendrá más lugar en el placard.
Ahora bien: ¿a qué recurrimos las mujeres luego de una separación?: lloramos… lloramos…. y seguimos llorando. Nada más sano, aunque él te dijo cien veces que no lloraras. Ok, te paso un dato… ¿te has puesto a pensar por qué los hombres son más propensos a sufrir infartos? Te dejo la inquietud. Lo único que te digo es …. llora todo lo que se te dé la gana! Liberá tus emociones!. Si ya estás en esa etapa, no tengas miedo, no te vas a volver loca… y repetite una y mil veces “esto también pasará”.
Otra herramienta muy utilizada por nosotras son las amigas. Si, nada mejor que buscar gente del gremio, de esas amigas que inmediatamente se ponen la camiseta y comienzan a odiarlo a la par tuya. Qué gran empatía! Hasta tu vieja, quien sólo conocerá el 20% de lo que realmente pasó, pasará a formar parte de esta suerte de club de despechadas. Y no me vas a negar que ayuda y mucho! Las funciones de este club son sumamente variadas: llorar y odiar junto con la víctima, proveerla de toda la información posible acerca del canalla en cuestión: horarios, aspecto, parejas, estado financiero. Incluso, no dudarán un segundo en camuflarse de negro para salir de espionaje por la noche, en algún auto desconocido por el objetivo a perseguir, y hacer guardias frente a su nuevo domicilio llevando una especie de ficture de entradas y salidas de éste y de personas del sexo femenino. Ah! Cuánto mejor si vuelven con información jugosa. De esa que después podés usar en contra del malandra que te hizo sufrir. Asimismo, esta extraña agremiación se transformará por momentos en una especie de feria americana en la que se intercambian toda clase de cosas utiles para la circunstancia: teléfonos de brujas y terapeutas, direcciones de santerías y manochantas, libros de autoayuda y por supuesto el infaltable clonazepan. Gracias Señor, por los laboratorios médicos!
Otra que estará sumamente agradecida será la compañía de teléfonos, ya que su facturación y su ganancia mensual se verá triplicada gracias a tu desgracia. Y sí, venimos configuradas de ese modo. Las eternas llamadas a las “muchachas del gremio”, de esas que te hacen chorrear la oreja de tantas horas que te pasas hablando y los dos millones de sms para darte aliento y preguntarte cómo estás, dejarán a las empresas de telecomunicaciones con un superávit increíble.
Por supuesto a esta altura, que habrán pasado unos dos o tres meses, seguís con la terapia, tu traste creció a dimensiones insospechadas (gracias a esos heladitos y chocolates que hacen tan bien para el alma) y tenés los ojos con derrame de tanto estar en la computadora tratando de adivinar su clave de mail. Ese maldito mail, al que no hay forma de sacarle la clave. Después de tres meses, seguramente intentaste todas las combinaciones posibles, te bajaste todos los programas que te ofrecían en internet ( y por supuesto la pc se te llenó de virus), pero ninguno funcionó. Incluso te hiciste amiga de algunos hackers, pero ellos tampoco pudieron. La puta madre! Cómo hizo este infeliz, con cerebro de pollo, para poner una clave tan complicada. Entonces, pasas al plan B: el facebook. A lo mejor este pelotudo no puso nivel de seguridad y por lo menos puedo ver qué le escriben en el muro. Pero tampoco! No podés ni siquiera ver eso! Parece que el tipo hizo un curso en el Pentágono!. No hay forma de entrarle por ningún lado.
Entonces, asumiendo tu derrota, te das cuenta que es hora de frenar con la locura, con el enojo, con el despecho y con los helados!. Es hora de pensar un poquito en vos. Es hora de mirar para adentro, de parar la pelota y empezar a sentir, a asumir, a darte cuenta, y pasar a la fase Nº 2: la de la reflexión y la gaseosa light.
Continuará…..

4 comentarios:

  1. Hola, Marina, dejaste un comentario en mi blog, pero no dejaste tu mail. El mio está en http://www.rubenantolin.blogspot.com/ Escribime y te digo mi opinión sobre tu blog. Un beso: Rubén Antolín

    ResponderEliminar
  2. jajajja me rei mucho (no de mala, sino porque creo que todas entramos en esa crisis despues de una ruptura).

    Ahora voy a seguir a ver en que terminamos :)

    ResponderEliminar
  3. Es evidente que no sabes de donde venis y hacia donde vas. Muy subjetivo lo tuyo. Una pregunta, para que vos vengas a la vida ¿que hizo falta'

    ResponderEliminar
  4. Perdon, no te enojes veo que fumas. Sabias que el fumar no te permite pensar. Investiga. Ademas el narco-fumador vive en un sopor parecido al del alcoholico. Grave. Ademas un suicida en potencia.Consejo: busca la raiz de la vida, o mejor dicho podes ir al manual del fabricante de la vida. Te aseguro que te encontraras, sabras quien sos, de donde venis y hacia donde vas. Te pusiste a pensar que el tiempo por esta tierra es muy corto. No fumes mas y podras empezar a pensar y por supuesto podras escribir de la vida.

    ResponderEliminar